lunes, 9 de enero de 2012

Trilogía Corazón dorado - Lars von Trier

Director: Lars von Trier
Año: 2000
País: Dinamarca
Duración: 140 minutos

Sinopsis

Selma (protagonizada por la cantante Björk), es una inmigrante checa y madre soltera, que trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que se opere. 

Dancer in the Dark (traducida en España como Bailando en la oscuridad) se trata de un drama musical danés que cierra la trilogía "Corazón dorado" de Lars Von Trier. Como todo musical se compone alrededor de una banda sonora a la que cabe hacer mención especial. La banda sonora de la película fue creada por Björk y editada posteriormente en el álbum titulado "Selmasongs". Una de las canciones que forman esta banda sonora es "I've seen it all", nominada a los premios Oscar en la categoría de mejor canción original y ganadora del Globo de Oro.

Además de la banda sonora, y por supuesto el reconocimiento internacional del director Lars von Trier, prestigioso y excéntrico a partes iguales, cabe destacar con creces la interpretación de Björk en el papel protagonista de Selma. Selma es una inmigrante checa, con cierto grado de discapacidad psíquica y ciega. Según declaraciones de la propia actriz, Lars von Trier es un director muy duro y exigente con el reparto y especialmente con los papeles protagonistas femeninos. Björk declaró haberlo pasado tan pésimo durante el rodaje que incluso escribió una carta a Nicole Kidman advirtiendo de la dureza del director cuando éste propuso a Kidman el papel protagonista de Dogville (2003). Sea como sea, no entraremos aquí a criticar las formas sino los resultados. Y el caso es que el resultado final de la interpretación de Björk es espléndida, impecable e inmejorable. Esto le llevó a estar nominada en la categoría de mejor actriz dramática en los Globos de Oro y a ganar el premio a mejor actriz en diferentes  y prestigiosos festivales de cine como el Festival de Cannes. 

Si la perfección existiera Dancer in the Dark sería una película perfecta. Se trata de una gran historia, narrada con una sensibilidad tan locuaz que hace de la historia una historia real, en el que el espectador se siente cómplice de lo que ocurre. El vestuario, los diferentes lugares en los que trascurre la historia, la banda sonora, melodía y letra, la interpretación, el guión, los silencios, la luz: natural, y la cámara: en mano. Todo y cada uno de los pétalos que dan forma y vida a una flor, que es esta película, están colocados inteligente, creativa, sensible e interdependientemente, a partes iguales para dar lugar a esta obra de culto. No habría sido posible una película mejor para cerrar esta maravillosa trilogía.

Cada una de las películas que forman la trilogía "Corazón dorado", que se iniciaba en 1996 con Breaking the waves (Rompiendo las olas), tiene com protagonista a una mujer que de alguna manera se convierte en heroína, y que pese a todo lo que haga, sigue siendo inocente, pues lo que persiguen es siempre un fin heroico y admirable. Para mí, se trata de una oda a las mujeres, como hijas, madres o esposas. 



Breaking the waves (1996) se sitúa a comienzos de los años 70. Bess (protagonizada admirablemente por Emily Watson), es una ingenua joven de un pueblo de la costa norte de Escocia, que se enamora de Jan (Stellan Skarsgård), un hombre mundano que trabaja en una plataforma petrolífera. A pesar de la oposición de la rígida comunidad puritana a la que pertenece, Bess y Jan se casan. Tras la boda, él vuelve a su trabajo, y Bess cuenta los días esperando su vuelta. Bess cree que su amor está bendecido por el cielo, gracias a que mantiene una estrecha relación con Dios. Pero un día sucede un terrible accidente. A partir del día del accidente, Bess comienza una serie de acciones nada convencionales bajo determinadas creencias, con tal de conseguir lo que más desea. 

Los idiotas es el título de la segunda película de la trilogía. En este film, con alto componente transgresor, vimos como un grupo de jóvenes comparte un mismo interés: la idiotez. Con una casa de campo como base, pasan su tiempo libre juntos explorando los ocultos y poco apreciados valores de la idiotez. El grupo se dedica a enfrentarse a la sociedad con sus idioteces. Karen, una mujer solitaria y reservada, se une al grupo después de participar involuntariamente en una de sus actuaciones. En esta película gozaremos de la improvisación de los actores, a parte de un potente aspecto tansgresor que nos hará sentir incómodos y plantearnos algunos de los eternos dilemas humanos más delicados. Los actores debieron comprender bien el argumento, el guión que se les entregó, las finalidades perseguidas y la esencia más genuina de sus propios personajes, ya que la improvisación fue la acción interpretativa clave en muchas de las escenas, sin ensayos previos ni guión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario